La casa está inundada, el barco se carcome, las olas se presentan gigantescas, las fronteras son de hambre y grietas con la muerte; hay un temblor entre la arena y una muchedumbre gime entra la Aurora; El mundo como una manzana que se pudre ve desaparecer la infancia y sólo cuenta la estadística de los que pasaron al otro lado sin papeles. Las playas están sembradas de sonrisas truncas y unos niños pájaros han caído por que nunca los dejaron emprender sus vuelos. Será luto esa lágrima oculta? La arena está convertida por momentos en un botadero de futuros.
El Circo
Se levantan carpas con sus cúspides en banderola, sus payasos tristes y las danzarinas con sus medias rotas, sobreviven haciendo maromas, tejiendo historias y andando como gitanos de barrio en barrio donde queden potreros para estacionarse por un tiempo. Son héroes artistas, son un vestigio de una alucinada tarea de hacer de cada carpa un cuento vivo. Los veía en mi tierra como seres mágicos, magos y trapecistas de la vida diaria.
Los que no tenemos nada
Se juntan los que los tenemos nada, se buscan en el centro de sus soledades
los que saben más del anochecer y conocen el sabor de la noche impúdica
tras perderse en cuartos enloquecidos para conspirar amorosamente
con la nada compartida.
Seres que se juntan para compartir lo mínimo
no para sumar nimiedades
sino para juntar naderías como una manera libre de seguir jugando
aún se sepa que la adversidad los ronda
Los que saborean el crepúsculo y beben lluvia
enredándose el cabello como árboles plantados en las esquinas de un barrio
Los que conversan de una filosofía sin libros
y los que deshacen la rutina cantando canciones a la voz irritada de un gemido
muy similar a la queja contenida
Los que se desvisten en la oscuridad y celebran rituales donde la respiración y el tacto
son más importantes que los credos
los que despojados de todo,
los que salen con los ojos mirando hacia adentro,
los cómplices más que los hermanos
los que se fuman una historia
los que languidecen juntos en el ocaso del día
y se despiertan con una sonrisa más poderosa que un volcán
ellos son el centro
a ellos voy
en ellos me desprendo
en ellos junto mis palabras
somos los que no tenemos nada
y eso es grande
saber de un viernes perdido entre neblinas
de un sábado tan largo como toda una semana
Los que se abrazan en el oculto fondo de sus propios pozos,
los que sacan del aire una caricia
y hablan con los gatos
y detestan las mentiras
y no se doblegan al castigo
ellos son mis largas noches, mis perplejos más cercanos
los que no tenemos nada nos juntamos en el centro
de nuestras nadas más selectas.
Ante el espejo
Las palabras mágicas no se dicen de una vez, se van haciendo imagen y color sobre el azogue y la bruñida superficie de un espejo. No se dice: espejito, espejito, dime quién es….pues el espejo tiene un vampiro oscuro que en la charca de vidrio no se ve. Allí habita el duende de la salvaje laguna, él que inspira a la desnudez y el que quita la moral fatigosa y la cambia por una libidinosa esencia. Oh, espejo de cristal de sueños, deja ver a la muchacha loca, deja que ella pase al otro lado como Alicia, sin las ropas de la moral de turno y sin los velos de su angustia-encierro. Deja que pase, que llegue al jardín de las delicias donde el Bosco pintará su asombro.
LUIS FERNANDO CUARTAS (Colombia, 1959)
Poeta, ensayista y collagista.
Fundador de la revista surrealista Punto Seguido, (1979).
Sus textos y poemas se publican en las revsitas y peródicos; Dunganon, Agulha, Matérika, Realidad aparte, entre otras. ferrangato@gmail.com
Luis Fernando Cuartas
Matérika 11
Poesía
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Luis Fernando Cuartas
Muestra gráfica:
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