En esta mañana siendo las 8.30
temprana , callada y solitaria
su silencio lejano sopla su estruendo de indiferencia que trepa por el patíbulo
el que aguarda con su esfinge inmóvil
en la hora justa del designio
para así enterrar en las redes del olvido
su forma petrificada de temor invernal,
y ayer dormía antes de medianoche
donde reside el vestigio de sal inoculada en la arteria de la penumbra
con su hora inconclusa de jardines abortados
como restos de notas sordas
y colores grises
los que flotan en la lacustre letanía del vacío
como cada vez en la vida de un hombre
con ciertas palabras constrictoras
en un nuevo ciclo que surge abrupto
así como una ínsula volcánica que seca el aire
y que me empuja a mi refugio zodiacal
para esperar instrucciones de la fina lluvia
mientras acecha su oportunidad la nueva vida
con otro nuevo aliento
que empuje un nuevo beso,
un nuevo deseo,
quizás, el de tu nombre incógnito y venidero
sin lágrimas y sin artificios
ya qué no me gusta pasear por el borde del abismo
pues prefiero la tierra árida pero segura
bajo este sol que se alza
y que viene arrastrando el próximo equinoccio
hacia mi estancia calma en el centro de un bosque
mal vestido y burdo, es cierto
pues no llevo el signo de la moda,
así me voy marginal y marginado
pues nunca quise aparentar algo que no soy,
sólo un pintor de poca monta para tanta mirada estúpida
de una estúpida ciudad,
esta misma que vota en pos de su miseria en perfecto orden cívico
donde nace y vive un poeta inevitable
¿quién recoge no más de tres aplausos en este circo?
así y todo escribí un libro una vez
nada sobresaliente, en fin, otro capítulo para el olvido
y me recordarás escribiendo lo inentendible
donde todos los otros me olvidarán por temor
ya que la palabra asesina el credo
pues voy diciendo así sin tapujos:
Cada suma de la llama es la puerta del averno
en vuestras solapas incólumes y tardías
llanto de piezas roídas por su moho
y su desenfreno en formas de edictos
así como ánsares sin rumbo
en la hipérbole de la cópula
con su marejada interminable de marionetas hechas a la medida del mercader
inanimadas al verso, pero activas al consumo.
Nada es verdad, dijo una medusa extinta
sólo la fiereza de la luz lustra y a la vez seca la flor
fiat lux repitió un purpurado pederasta
y todo es cierto cuando miente con el versículo
para evitar que se acaben sus créditos,
sus ilusiones y fármacos
con su otredad visible de la decadencia
la misma de ustedes
unius soter.
Amén.
Ave suplantada en un vórtice
En su urdimbre de fuego
danza la vida sobre la cáscara magnética,
con su búsqueda frenética de ocres tentáculos
abrazando las mareas primigenias,
bajo las alturas del cielo
con su causa nitrogenada
y su quintaesencia ordenadora
donde habita sin estar presente el número oculto
con sus espasmos del principio cósmico
y su henchida danza gravitacional
la que comprime lo invisible de abajo
en imagen y semejanza de lo que es arriba
un rubedo tras la blanquecina partitura
desnudando el misterio de la sabiduría,
surgida antes que los sabios,
y previa al movimiento,
cuando la luz habitaba estrecha en el punto de origen.
Condición gravitatoria
Al borde de mis líticos arquetipos
Crece la hierba nueva y dulce
que con su solemne verticalidad
desea abrazar la luna
En tiempos serenos
Como sus recuerdos
Antes de forjar las mareas
Y desatar el líquido de su amado
Olvido candente
Y sombra
Nudos pérmicos
Osamentas
Bajando por el río del olvido
Sempiternamente
En su ritual exacto.
Enrique de Santiago: Nacido en Santiago, Chile (1961). Artista visual, poeta, investigador, ensayista, curador y gestor cultural. Desde el año1984, que expone en muestras individuales y colectivas, contando a su haber alrededor de más de 100 exhibiciones, tanto en Chile como en el resto del mundo. Ha dictado charlas en diversas universidades, museos y centros culturales. Es integrante y participa de las actividades del “Grupo Surrealista Derrame” desde el año 2004.
Enrique de Santiago
“Señales al alba”
Matérika 11
Enrique de Santiago
Poesía
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Muestra gráfica:
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(506) 8707-2336
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